sábado, 26 de septiembre de 2009

Panic at the taxi

Hola penélope, quiero contarte algo que me viene aquejando hace ya varios meses. Resulta que cuando se acerca la hora de volver a casa y debo tomar un taxi, me aterro, empiezo a sudar como un chivo...asqueroso. En fin, pasa que cada vez que me he subido a uno de ellos, sus conductores me llenan de sus problemas de parejas, desamores y demás desgracias. Y yo vengo a ser en cuestion lo que eres tú ahora: una consejera. Ya no quiero enterarme de ningun otro puterío barato de taxistas, ni nada más. Por favor, dime: ¿Cómo hago para lograr que SÓLO me lleven a mi destino? Gracias


LOLA BUNNY de Salta la Lendisima
 
 
querida Lola: es muy simple, cómprate una Magnum, cárgala antes de salir, guárdala bien prolijamente en tu carterita y sube al taxi que desees. Es posible que el taxista quiera comenzar algún tipo de charla, ahí nomás metes la mano en tu carterita y pelas el arma y se la pones lentamente en la nuquita del susodicho. Ahora tienes el control de la situación y se ha revertido el problemita que te aquejaba. (Si quieres consultar por armas deberás consultar en privado al siguiente email: señordelaguerra@latinmail.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario